Ensayo

Sobre la obra de José Agustín

Luis Rico Chávez

La tumba, 1964

Mi lectura de esta novela, pasadita la adolescencia, me dejó una impresión de asombro: por su madurez narrativa, por su coherencia estructural, por su lenguaje y por la manera de abordar los temas. Cuando supe que su autor la terminó a los 17 años, la impresión se ahondó. Con ella, José Agustín inaugura toda una corriente literaria, conocida en México como la literatura de la onda. Su protagonista, un joven estudiante de preparatoria, despierta al momento la simpatía de sus lectores (los de su generación, o más exactamente, los de su edad). Los temas (algunos de ellos planteados por primera vez en nuestra literatura) serán recurrentes a lo largo de su trayectoria: el rock, los conflictos generacionales, el sexo, la capacidad de disfrutar la vida al máximo. En particular, esta novela se divide en cuatro partes, que corresponden más o menos a las relaciones que el protagonista, Gabriel Guía, sostiene con algunas mujeres. A la par, se plantean las diferencias (en ocasiones irreconciliables) entre jóvenes y adultos, y la posición de aquéllos (de rebeldía) ante las figuras de autoridad. Subraya sobre todo el rechazo, en ocasiones hostil, hacia el mundo torcido e hipócrita que las generaciones pasadas pretenden heredar a las nuevas. Y como telón de fondo, los problemas de identidad, la búsqueda del yo y, sobre todo, la angustia de saber que vamos solos por la vida y la resolución de los conflictos depende de nosotros mismos.

 

Círculo vicioso, 1972

Sobre la obra, en una especie de epílogo, su autor cuenta las vicisitudes de su montaje. A principios del 72, comenzaron los trámites para que el gobierno del Distrito Federal diera el visto bueno para su representación. El burócrata que debía expedir el documento correspondiente, luego de “analizarla”, señaló que estaba “llena de obscenidades”, que era ofensiva y “un insulto para un público de buenas costumbres”, además de plantear “una visión negativa de la sociedad mexicana”. La obra se desarrolla en una celda del entonces famoso “Palacio Negro”, la cárcel de Lecumberri, y los protagonistas son los presos y los carceleros. A pesar de la negativa oficial (que no censura, pues el presidente acababa de proclamar, en Chile, que en México existía completa libertad de expresión), el 21 de abril se realizó un “ensayo público” ante unos 900 espectadores, en el auditorio A, en Zacatenco, del Instituto Politécnico Nacional, bajo la dirección del propio autor. En mayo se realizaron cinco representaciones en el teatro anexo a Arquitectura de la Universidad Nacional de México (sic). La posición oficial siguió la línea de no “censurarla” pero de no extender el permiso correspondiente para su presentación. Gracias al apoyo de Mario Alcántara (director del nuevo montaje) y de Emilio Carballido, se estrena en el teatro el Galeón en julio de 1974 y permanece en cartelera por un mes, con el pretexto de que no se cubre la cuota de taquilla de mantener al menos el 40% por semana. Por último se montó en la Sala Villaurrutia, y el 25 de octubre se develó la placa por las cien representaciones, a pesar de la censura oficial.

 

Ciudades desiertas, Premio Latinoamericano de Narrativa Colima, 1982

Novela fiel al estilo ameno, ágil y desenfadado de su autor. Y como otros textos suyos, plantea el tema de la relación de pareja. En esta ocasión se trata de una escritora y un actor. Como ocurre con esta clase de personajes (tal como los vemos en otros cuentos y novelas de José Agustín) cada uno vive la vida a su manera, preocupándose más por la satisfacción personal (en todos los sentidos) que por mantener una relación que, a ojos de la sociedad, mantenga el equilibrio y se preocupe por cuidar las normas establecidas. La historia se desarrolla en una ciudad de Estados Unidos a donde ella, hastiada de su cotidianidad, de su matrimonio y tal vez de sí misma, arriba para disfrutar una beca que le dará mucho más que la proyección académica y profesional implícita en el apoyo recibido. Una novela que se disfruta de principio a fin.

 

El rock de la cárcel, 1988

Texto de corte autobiográfico, que permite asomarse no sólo a la vida y a las experiencias del autor, sino que también documenta parte de la vida en México en los años sesenta y su contexto cultural, así como el ambiente intelectual en que se mueve José Agustín, junto con los artistas y compañeros de viaje durante estos años de rock, drogas y contracultura.

 

La miel derramada, 1992

Como es frecuente en este autor, este libro recupera material publicado previamente. La miel derramada es una selección de textos eróticos (más bien de corte pornográfico, según la definición de Mario Vargas Llosa, pues el tema de las relaciones sexuales se expone de manera explícita), bien cuentos o bien fragmentos de novelas en los que se describe, con detalle, encuentros sexuales de diferente índole. Cuando apareció, la editorial debió añadir una portadilla para cubrir la imagen de la portada, pues algunas cadenas se negaron a exhibirla.

 

La panza del Tepozteco, 1993

Texto catalogado como libro para niños y adolescentes. Relata la historia de un grupo de estudiantes de la Universidad de Puebla que, durante un periodo de asueto, van de excursión al cerro de Tepoztlán. Al llegar ahí, ingresan a una cueva y, de manera inesperada, son testigos de un combate entre los dioses aztecas. Valioso documento sin duda, ya que permite a las nuevas generaciones acercarse, de forma divertida y amena, a nuestro pasado prehispánico, a la vez que conocer parte de la cosmovisión de nuestra herencia indígena, tan menospreciada por disposiciones gubernamentales hijas de una pésima política educativa.

 

Dos horas de sol, 1994

Para definir esta novela habría que pensar en una fiesta en Acapulco. Fiesta en la que abunda la música, el alcohol, las drogas y el sexo. Una vida pensada como una fiesta. La vida de un personaje anodino, y sin embargo agradable. Pero fiesta al fin, más bien sirve sólo para pasar el rato.

 

Los grandes discos del rock (1951-1975), 2001

Contra lo que pudiera pensarse, no se hace un recuento ni una crítica sesuda a los grandes discos del rock. No. Simplemente se trata de unas cuantas historias en las que, en ocasiones, los protagonistas son estrellas del rocanrol, como Buddy Holly o Eric Clapton. Cuentos agradables, divertidos, en el estilo desparpajado de José Agustín.

 

Cuentos completos (1968-2002), 2002

El libro reúne los textos de este género publicados a partir de 1968. Excelente oportunidad para conocer a fondo el estilo, las tendencias, preocupaciones, intereses, odios, amores y desamores de su autor, y junto con él el de toda una generación. Quienes han seguido de cerca la trayectoria de José Agustín lo reconocerán y se reconocerán sin mucha dificultad. Rock, drogas, sexo, alucines están presentes, junto con una serie de personajes que definen un momento particular de la vida y la historia en México.

 

Tragicomedia mexicana, tomo I, 1990; tomo II, 1992; tomo III, 1998

Divertida, desparpajada y a la vez documentada historia de México, de 1940 a 1994. Dividida en tres tomos, está organizada por sexenios. Junto con anécdotas divertidas, ridículas e incluso grotescas de los presidentes, conocemos los entretelones del México posrevolucionario, presentándonos la radiografía de un país que nos ha tocado padecer, cada vez más deteriorado.

 

Amor del bueno, 2013

De reciente aparición, como otras obras del autor sólo se trata de la reedición de textos publicados previamente. Incluye Cuál es la onda, Quién soy, dónde estoy, qué me dieron, La tumba y la novela que le da título al volumen.