Poesía

Cara oculta

Luis Rico Chávez

Nuevo mar

Vértigo.
No hay palabras: sólo imágenes, sensaciones.
Una mano en la oscuridad:
una piel corre a su encuentro.
Todos los sentidos en alerta
atentos al menor indicio de la explosión.
Jadeos, humores:
las olas en la pared del abismo
el mar en la lengua.
¿Y mañana?
¿Tendrá el mismo rostro la pasión?
No: basta el testimonio de la primera noche.

 

Profecía

Subió al montículo de su impotencia:
“El amor se ahogará con los primeros oleajes”.
Escuchamos la voz del profeta
y guardamos un silencio cómplice.
En nuestra piel ardía el sabor de infinitos soles.
Y cada día el mar y la luz eran más intensos.
Pasan los años y la voz se transforma en un eco marchito.

 

Desierto

Ayer cayó la gota que derramó el mar.
Pero el origen del cataclismo se bañó en otras tormentas.
Hubo gotas mínimas, evaporadas con los ardores del placer
soportamos torrenciales aguaceros que anegaron la rutina
y estuvieron a punto de transformarnos en seres acuáticos.

Esta gota fue el cúmulo de la humedad que se dejó pasar
que no se aplacaba con una palabra cálida
                                    con una mano ardiente.
Ya las gotas nutrirán otros desiertos.

 

El lado oscuro

Hay tres pasos del amor a la muerte,
y todos son oscuros.
Camino a tientas en medio de la noche,
y llego al día sin dejar el abismo de los sueños.
Pasan las sombras de los amantes
y ninguna tiene respuestas.
¿Cuándo dar el primer paso? ¿Hacia dónde?
Mejor la muerte que la vida en la agonía del silencio.