Poesía
ViajeLuis Rico Chávez
Habitación
Hay días luminosos
días de caricias y de sueños.
Y hay otros, opacos, indiferentes,
en los que el tiempo arrojó
sus granos de olvido.
En los primeros habitamos
como en la casa de la vida.
Niebla
Apagamos la luz
para encender los sueños.
Erradicamos las pesadillas
y la única niebla que nos circunda
es el aliento de las memorias ardientes.
Tu piel
Nada se compara
a compartir este viaje contigo
Ni el canto de las nubes
cómplices del sol espía
agazapado tras las cortinas de la tarde
Ni el trazo de los pájaros
rayo colorido
en las verdes hojas del crepúsculo
Ni los minutos vividos
en la entraña de la memoria
como notas de gozo en un cuerpo sin fronteras
Nada se compara
a viajar por tu piel
Rutas blancas
Cada viaje es una geografía nueva:
atardeceres, mañanas, caminos y nuevos aires.
Cada viaje es un vértigo
en el que los rostros transitan
como una memoria fugaz
que borra su estela de recuerdo.
Por eso mi urgencia de registrar
tu andar a mi lado
por esas rutas blancas del ayer.
A cualquier parte
Dame un boleto a cualquier parte
no siempre el punto de llegada
vale el tiempo y los desvelos invertidos
El camino, andado sin prisas,
disfrutándolo paso a paso,
nos otorga el placer
para llegar al final de la ruta.
Nuevos sueños
Este viaje lo vivo como un sueño.
Tú y yo somos
figuras de aire
vapor denso
que se dispersa
con el sol primero.
Viajamos paso a paso
de la mano
sin tocar el suelo
pisando el polvo
que nos conduce
por nuevas sendas
hacia nuevos sueños.
Bajo las sábanas
Te miro perderte en la distancia.
No eres tú: es tu imagen
fundiéndose en el horizonte.
Tu silueta avanza
flotando sobre el fino polvo del sueño
internándose en el laberinto de mi inconsciente
donde me aguardas cada noche
ardiendo bajo las sábanas.
Reposo
Reposa tranquila
al pie de la cama.
Guarda en su entraña
las memorias
de un amor devoto.
Noches de luz y fuego
días de intensas
y fascinantes caminatas
de una vida desgranada
en recuerdos atesorados
como joyas invaluables
del almanaque del mundo:
reposa tranquila.