Poesía

Poemas

José Manuel Guerrero Galván

Noche eléctrica

Sonríe el milagro
en los hechizos
de la luna:
la falsa cara embrujada,
la irónica compasión
de las cadenas internas.

Mi casa absorta
se impregna
de ecos
de la noche.
Suelo marchar
protegido
por la lámpara
de un druida,
por la voz
de una libélula,
por las alas
del viejo árbol,
por las hojas
de cierta ave.

Danzo
          en la espiral
                     de los
                                ancestros.

 

A través de las lágrimas

Lúcidos cristales de amargura.
Largas noches en sueños
que persisten en matar
a los parásitos del subconsciente,
súbitos en la penumbra…

A través de los cristales en caos
visualicé a la soberbia
que no paraba de alimentarse
de la escoria disfrazada de divinidad.

Caos de lirismo y fantasía.
Fauces de quimeras escépticas.
Catarsis de ríos oculares
entre la llanura de la piel marchita.

Entre laberintos de reclamaciones
me he transformado
en un críptico con tres ojos.
Llano, transeúnte, pálido y sin risas,
opuesto al todo, inmerso en la nada.

Llorosos los cielos de la mente
entre oscuros parpadeos de arterias y mares
y horizontes muertos y raíces que saben a hiel.

Voluntad mutilada
por el filo
de la luz
que se oculta
en esferas
de geometrías inciertas,
claras como la sal enterrada.

 

La inmensidad del círculo

Combustibles de luz,
mis ojos avivan al ser
con los conceptos erosionados por el tiempo.
Desde lo más hondo de mis aguas
miro transmutaciones que se fraguan con el humo
y ascienden y se interceptan,
floreciendo en los lagos azul-cristal:
                                ilusión inmanente del infinito.
Me disuelvo
en un punto inexistente…

Callo al cuerpo,
dejo hablar al ritmo.
Callo a la vida,
dejo hablar a la muerte.

 

De-mente

El reptil etéreo se desplaza
sutilmente entre el fango psíquico.
Con sus ojos miasmáticos te mira,
te tiende una red desde su óptica,
quiere sustraer lo que no le corresponde

Y en medio de su falsa jerarquía
cae muerto ante su veneno mecanizante.
La acción es una,
pero la intención no la justifica.

 

Orbe visceral

Los erizados cabellos de los erizos
y los caballos de mar
fraguan huellas
entre el espacio melancólico
del río cósmico, orbicular:
cuerpo abismal del límite sin fin.

La noche de la razón,
el día del dogma.
Eternos laberintos
del aquí y ahora
y sin embargo, del nunca jamás.

Sólo nos deja insistir el deseo
que navega
a través
de la plataforma
líquida.

¿Cuándo surcará
hasta ese fondo
inmerso en la profundidad?

 

Inmaculada concepción callejera

Tus caracoles soplan y derraman sus polvos
                                por la carne angosta.
La vía transita tu trance
tu trance jamás transita la vía.
Las luces se activan en los adoquines
                                y por fin amanece de noche.

José Manuel Guerrero Galván

Guadalajara, 1976. Obtuvo el primer lugar en el concurso de poesía Juglarías 97 de la Preparatoria 2. Publicó poemas sueltos en revistas del CUCSH Nuestra casa Tinta nueva, realizadas por alumnos de la licenciatura en Letras. Ha escrito y dirigido algunos performances, entre ellos “Panefímeros” (2007) y “Trimurti: acto poético en tres mundos” (2008). Licenciado en Letras Hispánicas y maestro en Estudios de Literatura Mexicana. Profesor de Lengua Española y Literatura en la Preparatoria 14 de la Universidad de Guadalajara, donde actualmente impulsa el proyecto de revista 14 Krónicas.